“...cuanto penar para morirse uno”
Miguel Hernandez
Cómo sobrevivir al día con una vida de futuro atado, pero aún incierto
Cómo sobrevivir con un presente ensombrecido por la fatiga y el desasosiego, de no saberse sólo o abandonado, triste definitivo o alegre por renacer
Cómo saberse lo suficientemente anónimo como para pasar desapercibido a las parcas y partirle la cara al destino antes de que te alcance
Cómo seguir ocultando la pena y aguantando los todavía y los ya no importa que, uno tras otro, parecen demostrar que la soledad y la amargura siguen siendo la única solución a las idiotas risotadas de los lugares comunes
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