Valerosos. Osados. Decididos y alegres. Orgullosos cabalgaban los Quinientos más Uno de Kenoic. Su comandante, sobre un brioso caballo de guerra avanzaba seguro de sus capitanes y sus hombres. Siempre hacia adelante, con lanzas, espadas, hachas y mazas se lanzaban sobre el enemigo y vencían. Honraban a su enemigo y celebraban a sus amigos. Eran invencibles, los protegidos de Fildrabá, los hijos predilectos de Scambhi, la diosa de la guerra.
Hermoso flotaba su estandarte contra los cuatro vientos. Guiados por la gloria y bendecidos por la fama. Eran fuertes, eran temidos y eran respetados. Eran los Quinientos más uno de Kenoic y siempre lo serían. Guiados por las estrellas de Fildrabá y protegidos por las espadas de los hijos de Scambhi.
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